Cinco de enero
Amaneció y era espesa
la niebla
contornos borrosos de
rostros, edificios,
un reptil la humedad
ladrona del calor
desprevenido de los
cuerpos, la llovizna
átona caricia fría e
irreversible.
Guiños de Polifemo en
los semáforos,
ralentizado el tráfico
por la cordura,
bajo las marquesinas
miembros ateridos
hacen esfuerzos de
rígida compostura,
para los niños sonríe
el calendario.
La magia de oriente
soporta golpes bajos,
dos gitanos increpan a
un inmigrante,
no hay algodón de
azúcar, fantasía,
abundan lechos de
periódicos, cartones,
un trasiego de carbón,
voces confusas.
O sea, que los cartones esos que he visto hoy en los soportales, ¿no eran los envoltorios de los regalos de Reyes? Te acabas de cargar mi ilusión a fecha fija, que lo sepas.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Querida amiga, en tu poema la vida al paso, esa sensación babélica de itinerarios que se cruzan entre la incertidumbre. Un fuerte abrazo y la esperanza de encontrarme prontito con tu poesía en mi casa. besos.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarEs siempre un placer pasar por tu casa y apreciar tus post
Empezamos con el desafío que forma parte de los cambios y novedades que queremos introducir en nuestro Farol.
Contamos con tu presencia y participación en esta iniciativa que creemos que nos hará más próximos y fortalecerá nuestros lazos de amistad.
Besos / abrazos
Tétis Argos y Poseidón