El
virus de la reflexión
El pulso de las calles
ha cambiado de ritmo;
gorriones en las plazas,
un cónclave de trinos.
Las horas pasan lentas
en todos los refugios,
ocultan los visillos
un celaje de nubes.
La ciudad se despierta,
solitarios los pasos
en la nueva rutina;
agradecido el aire
entona una balada,
ya se dispersa el gris
de las malas
costumbres,
se desvanece el humo,
enmudecen los coches.
La situación es grave
pero ha de servirnos
para ser más humildes,
para cambiar el chip.
Aceptar que la vida
del pez y de la flor,
del caballo, la abeja,
son igual de
importantes
que nuestras
ambiciones,
esa escalada a ciegas
como dioses borrachos.
Heredarán la tierra
si no reflexionamos,
ellos tienen el don
que la naturaleza
al oído susurra,
nosotros somos sombras
de un intento fallido.
Hola María José! Tienes razón de que la situación que ahora vivimos debe servir para que reflexionemos y seamos más comprensivos en todos los aspectos.
ResponderEliminarBesos.
Cierto, todos los seres vivos del mundo merecen ser valorados y cuidados al igual que nosotros. Nos falta más conciencia, es muy triste todo lo que esta pasando. Ojalá esto pase pronto.
ResponderEliminarMuy lindo el poema.
Abrazos y cuídate.
Así están por aquí en La Florida las calles solitarias #yomequedoencasa
ResponderEliminar¡Hola, Mª Joasé!
ResponderEliminar¡¡¡Tal cual!!! Has escrito y descrito la situación que vivimos y el porqué.
Esta situación me aturde bastante, no me apetece hacer nada, solo dormir, no tengo ganas de escribir ni de leer, la intranquilidad me pisa los talones.
Te dejo un fraterno abrazo y mi gratitud.
Se todo lo feliz que puedas, que la vida son dos días.
Ojala salgamos del confinamiento como mejores personas. Me ha encantado tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece (es Relatos y Más, es que aparecen dos en el perfil).
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por tu comentario, Conchi.
ResponderEliminarCuídate mucho. Un beso.
Hola, Rayén. Algo aprenderemos de esta situación.
ResponderEliminarCuídate. Un beso.
Hola, Frases Bonitas. A todas partes llega la pandemia,
ResponderEliminaresperemos que el confinamiento la pare pronto. Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Querida Marina, estamos viviendo días extraños.
ResponderEliminarEl confinamiento, a veces, se hace pesado.
Yo le dedico tiempo a la lectura y la relectura, a escribir y a todas esas pequeñas cosas que vamos dejando para cuando tengamos tiempo. Mucho ánimo, amiga. Un gran abrazo en la distancia.
Hola, Rocío. Agradezco tu paso por mi blog. También es mi deseo que salgamos renovados de esta situación y como mejores personas. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, María José. Estoy muy de acuerdo con tus bellas letras, porque pienso que este aviso o cura de humildad, que nos da Naturaleza, debería de servirnos para pensar un poco, y rectificar un mucho sobre la forma y ritmo de vida que estamos llevando, que no conducen a nada bueno.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amiga, y cuídate mucho, además tienes una buena vista desde tu ventana para distraerte, como es la iglesia de a Inmaculada Concepción.
Amigo Manuel, yo conozco esa iglesia como la del Cristo de la Sed, es posible que no sea su nombre, claro. Es mi paisaje desde el confinamiento. No lo llevo mal, lo peor no poder caminar, hacer unos kilómetros. Por lo demás, bien, nunca me aburro. Un abrazo.
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ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Me ha encantado. Pues todo ser humano merecemos ser valorados. Pues cada cual lleva en si un tesoro. La vida de todos es importante. Nadie es más que nadie, aunque siempre exista alguien que crea creerse que es más que nadie. Es algo muy simple.
Un abrazo
Mónica, la vida es un continuo girar de sombras y luces.
ResponderEliminarUna regla sencilla consiste en no hacerle a los demás lo
que no nos gustaría que hicieran con nosotros. La armonía
es un tesoro. Un abrazo.