Azul
es
el olivo de los sueños
porque el cielo se
torna celosía
para ceñir su cuerpo
palpitante
como una falda-nube
vaporosa.
Pequeños orbes de
ovalados frutos,
geoda al abrirla con
los dientes,
habita en su núcleo una
rosa pétrea
cubierta por amanecida
carne
morada, verde o negra.
Transportan raíces por
sus túneles
latidos líquidos de
savia.
Se disputan las flores
alcaudones,
verdecillos, jilgueros,
las abejas,
en una fiesta de néctar
y polen.
Refugio
de pastores es su sombra,
un
toldo vegetal que riza el aire;
se
mimetiza la culebra con las ramas
deja
en el camerino improvisado
su
piel antigua, abandonada, inerte.
El
tronco milenario sobrevive
a
la boca desdentada de la sequía,
al
látigo de la tormenta,
palabra
clave: resistencia.
Azul. Que buen poema María José, Lo recoge todo en un puñado de particulas de la vida y del trabajo de la gente. Formidable. Me encanta.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Mónica
Precioso poema inspirado en el olivo y su fruto, árbol muy arraigado a nuestra tierra, y que aquí vive y resiste por los siglos de los siglos, y que tu has sabido elevarlo a otro maravilloso nivel.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, apreciada amiga María José.
Amiga, Mónica. Saber que transmito con mis poemas me hace sentir bien, eso es lo que deseo. Gracias por tu atenta lectura. Un gran abrazo.
ResponderEliminarMaría José. Me he pasado para darte las gracias por tu visita.
EliminarUn fuerte abrazo y buen verano, amiga de las letras.
Mónica
Amigo, Manuel. Me alegra que te lleguen estos versos y los disfrutes. Hace poco un escritor, que también escribía poemas, decía que la poesía estaba muerta. Tú la resucitas con este comentario. Agradezco tu lectura atenta. Un gran abrazo.
ResponderEliminarLa alabanza de tus palabras al olivo me ha emocionado, soy de tierra de olivares y molinos de aceite. Gracias María José.
ResponderEliminarUn abrazo.
Amiga, Conchi, gracias por tu huella y tus palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarTanto tiempo son visitarnos Te dejo un abrazo inmenso escritora
ResponderEliminarsaludos
Buenas tardes, María José.
ResponderEliminarTengo mucho interés en hacerme con tu libro La sombra del helecho, en papel.
¿Hay posibilidad de que me lo enviaras dedicado, por correo u otro medio?
Si ves que puede ser, por favor, me puedes poner un comentario en mi blog con tu correo o teléfono que como tengo activada la moderación no lo haré público; y ya hablamos del pago y demás.
Un abrazo, y si lo crees conveniente puedes eliminar este comentario.
Gracias.
Manuel.
Amiga Recomenzar otro abrazo grande de vuelta. Ando entre unas cosas y otras bastante liada. Me falta tiempo e intento repartirlo.
ResponderEliminarAmigo Manuel, seguimos en contacto. Un abrazo.
ResponderEliminarHermoso poema dedicado al olivo, María José, tan presente en nuestra cultura del Sur. Hace poco estuve en Úbeda y viene ni que pintado esta composición.
ResponderEliminarUn abrazo
Amigo, J.R.Infante, se cruzan los caminos de la amistad, la creatividad, con los senderos que propicia la naturaleza, en ellos confluimos. Un abrazo.
ResponderEliminarLindas palavras amiga.
ResponderEliminarcuánto poema hay dentro tuyo
ResponderEliminarbrindo por el amor
Amiga, Mucha. Al brindar por la vida nos incluimos si queremos que no se extinga. Hay razones que el corazón desconoce: la mala baba, las guerras, las mentiras, que seguir a flote debe ser fortaleza en estos días. Un abrazo.
ResponderEliminarPlease read my post
ResponderEliminar