“Porque ya el recuerdo será
como un puñado de conchas recogidas”
Jaime Gil de Biedma
A Mario Benedetti
Tiemblan el aire, las orillas,
las copas de los árboles,
lloran ríos, manantiales, calles,
en los cafés se habla a media voz.
Diste sentido a desahuciados corazones,
a pulsos taciturnos, energía,
coronaste sin espinas al amor
con la sencillez roja de los volcanes.
Tus ojos descansan en la opacidad
cansados de inviernos e injusticias,
los años te han llevado de regreso
como raíz genuina a la tierra misma.
Tristeza de los pájaros,
tristeza nuestra redoblada
porque la llama de tu palabra
se apagó encinta,
la tinta anda desconsolada
encerrada en el luto de un capuchón.
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