jueves, 8 de diciembre de 2011

Poema de Pablo Neruda

Pablo Neruda
Ya se fue la ciudad


Cómo marcha el reloj sin darse prisa

con tal seguridad que se come los años:

los días son pequeñas y pasajeras uvas,

los meses se destiñen descolgados del tiempo.



Se va, se va el minuto hacia atrás, disparado

por la más inmutable artillería

y de pronto nos queda sólo un año para irnos,

un mes, un día, y llega la muerte al calendario.



Nadie pudo parar el agua que huye,

no se detuvo con amor ni pensamiento,

siguió, siguió corriendo entre el sol y los seres,

y nos mató su estrofa pasajera.



Hasta que al fin caemos en el tiempo, tendidos,

y nos lleva, y ya nos fuimos, muertos,

arrastrados sin ser, hasta no ser ni sombra,

ni polvo, ni palabra, y allí se queda todo

y en la ciudad en donde no viviremos más

se quedaron vacíos los trajes y el orgullo.

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