Doblada servilleta el pasado
que al sacudirse habla
con voz rasgada de migajas.
La runa de los adioses
nos convoca a un desierto
de pétreas rosas pobladas
por un eco de nombres.
Hacemos del barro memoria
y en sus aguas buscamos
los líquenes que acercan
con sus brazos de sombra,
los huecos de la distancia.
buenos días,
ResponderEliminarhermoso poema con un tinte de melancolía,
el pasado vive en esa servilleta,
me ha encantado.
te deseo un gran día
besitos
Es interesante tu forma de escribir. Me gusta.
ResponderEliminarGracias por tu visita, a mí también me gusta como escribes.
ResponderEliminarUn saludo
El pasado, la memoria, los adioses, los huecos... un poema encantador, tristezas y añoranzas que todos tenemos en algun lugar del corazon.
ResponderEliminarEs bellísimo!!
un abrazo poeta!