martes, 23 de febrero de 2010

Aquello que fue
















      AQUELLO QUE FUE

Aún cuelga la ropa de ligeros cordeles
con un balanceo lánguido y monótono.
En el lavadero lleno de trastos viejos
habitan muñecos resignados
a la inmovilidad, al frío trato,
indiferentes a los adultos que plegaron
su infancia en el fondo de un armario.

Un cactus casi ciego en la penumbra
de un húmedo rellano de escalera
parece tejer con su pelusa la trama
de horas grávidas y soñolientas.

Al traspasar la puerta acuden
como fieles perros los recuerdos,
los ojos sin párpados de las ventanas
atraen a las palomas y a los gatos.

Sólo en el corazón permanece
su esplendor de antaño,
aquello que fue antes de su ceniza.


Con un recuerdo especial para Manuel Carrasco

Adiós a Benedetti

“Porque ya el recuerdo será
como un puñado de conchas recogidas”
Jaime Gil de Biedma

A Mario Benedetti
Tiemblan el aire, las orillas,
las copas de los árboles,
lloran ríos, manantiales, calles,
en los cafés se habla a media voz.
Diste sentido a desahuciados corazones,
a pulsos taciturnos, energía,
coronaste sin espinas al amor
con la sencillez roja de los volcanes.
Tus ojos descansan en la opacidad
cansados de inviernos e injusticias,
los años te han llevado de regreso
como raíz genuina a la tierra misma.
Tristeza de los pájaros,
tristeza nuestra redoblada
porque la llama de tu palabra
se apagó encinta,
la tinta anda desconsolada
encerrada en el luto de un capuchón.

Microrrelato

LA DECISIÓN
Nunca pensé que algún día me vería en una situación así,
realmente una encrucijada. La educación recibida, la religión
judeocristiana que en mayor o menor medida nos recorta las alas,
el temor, el castigo, la propia conciencia, lo que es correcto y
lo que no lo es, el bien y el mal.
Hace unos días conocí a un chico encantador, atractivo,
inteligente y simpático. Congeniamos desde el primer momento,
hubo complicidad y atracción. Acabamos en mi casa, fue una noche
de sorpresas, asombro y seducción mutua. No habría problema si
Juan María no me hubiese calado tan hondo. Me arrastra a un
torbellino de pasión. He dudado, incluso de mi propia feminidad.
Hablamos del asunto, él comprende mi perplejidad, los nubarrones
que nublan mi entendimiento, le pedí una semana para reflexionar
y decidir, el tiempo ya se ha cumplido. Si he decidido seguir
adelante, volver a verle, lo llamaré para decirle que nada importa,
sólo nosotros y nuestro secreto. Voy a darle todo lo bueno que hay
en mi, me volcaré para satisfacerlo completamente. Él es uno y, es
dos, hombre y mujer. Es lo mejor y lo más extraño, a la vez, que me
ha pasado nunca, es Juan y es María. Es hermafrodita.

Publicado en la antología PALABRAS INDISCRETAS

domingo, 21 de febrero de 2010

MUJERES DE UNA ISLA


Mujeres solitarias de rostros oscuros

remiendan en alcobas gastadas esperanzas.

Bajo unos cabos de vela retratos familiares,

húmedo recuento entre lágrimas y piedras.

Entre amuletos y crucifijos, susurro de nombres,

humilde rito para invocar a los dioses.

Amarga es la tarea diaria en busca

de harina y combustible.

Caminan por los muelles,

avanzan arrastrando los pies

hacia otra despedida.

Cruzan las manos, se preguntan

cuándo regresaran los barcos,

los ausentes, los alimentos y las risas.

Anhelan que surja de la espuma

su isla redimida, la sal de algún milagro.


( Publicado en el nº 24 de los Cuadernos de
Roldán, dedicado a Cuba).

El parque


















           EL PARQUE

Los párpados de la mañana se abren
bajo el zumbido dulzón de discretas fragancias.
Un torbellino de color conmueve el aire
entre los majestuosos fustes de las palmeras.
Dormitan nenúfares en la quietud del estanque.
Las pétreas cuencas de las estatuas
parecen contemplar desde la umbría el infinito.
Los labios del poeta susurran a las musas:
huele a tierra removida, a renacimiento.
En los dedos de Ofelia arde
la llama ascendente de la música.