Valdelarco
A
las afueras del pueblo ella,
ventana
sin postigos,
recibe
luz, la caricia del agua,
el
espectáculo a sus pies
de
una naturaleza exuberante.
El
tiempo injertado en sus piedras,
reloj
solar donde conviven alfa y omega,
ciclo
de vida y muerte
en
las gradas de una terraza.
Más
abajo el carmín de las adelfas
se
refleja sobre el cristal del río,
trepan
hacia la luz las siemprevivas,
en
las tejas la pátina del musgo.