Arboleda
Abre las manos
La sangre
domingo, 25 de abril de 2010
Traspasando Fronteras (III)
EL LUGAR DE LAS COSAS OLVIDADAS
En la arena yacen esparcidas
las cosas que ha devuelto el mar
o que sufrieron una acogida brusca,
el viento y el tiempo se encargarán
de recortar sus sombras,
de fragmentar su utilidad
contra la dentadura de las rocas.
La quilla de un barco azul,
algas en un abrazo lánguido
y verde rodean una chancla,
la tinta huidiza de una carta,
cuerdas, clavos, bidones rotos,
sereno cementerio de las cosas.
Se filtra enigmática la luz
en el desmayo de los objetos,
en la quietud de los despojos.
La ronca voz del mar
con su canción eterna
mece la bruma del olvido,
llega al rincón narcótico de un sueño,
a inanimados testigos de un suceso.
IV Certamen Internacional Traspasando Fronteras (II)
TRAVESÍA DE UN SUEÑO
Asustados ojos escrutan en la niebla
en medio de dos mundos,
el frío y el hambre revolotean siniestros,
el miedo se dispara como un cañonazo.
Se amontonan los cuerpos como fardos
en el exiguo espacio de la barca,
se eterniza la noche entre tablones,
tiemblan los miembros, tiembla el agua.
Cara o cruz es la apuesta,
la rueda del azar gira despacio,
el destino fija sus eslabones
en la líquida negrura del océano.
Siluetas mojadas, frágiles, vulnerables
se aferran a las rocas hasta alcanzar la playa,
un pequeño ingenio parlante en el bolsillo,
un reguero de huellas salpica las dunas,
un zapato perdido en la ardua carrera,
un cuerpo rendido a la hipotermia.
En las tinieblas son sólo sombras,
el blanco de sus dientes, los amuletos de hueso,
la luz de una linterna reflejada en un rostro
les devuelve la humanidad que les resta la noche.
IV Certamen Internacional Traspasando Fronteras
No están hechos de humo
aunque les duelan los ojos
con la claridad almidonada
de las ciudades bulliciosas.
Llegan desde remotos lugares
con un hatillo de esperanzas
que poco a poco se disuelve
en un llanto de vacías manos.
Aguardan a la noche,
a la serenidad de las estrellas,
patrullan en hileras,
hurgan en los contenedores
los flacos restos del derroche.
Tras su sombra plana
y alargada en los muros
hay una historia roída
por el destino y las ratas,
una angustiosa memoria.
Los colmillos del viento
zarandean la dignidad,
se clavan en los huesos,
destrozan algún sueño.
En el pozo de los días
llueven las cenizas,
alrededor de improvisadas
fogatas letargo a cielo raso.
Están hechos de agua, de pan duro,
de infectadas heridas, de parásitos,
de ropa zurcida o encontrada,
de la caligrafía amarga de la calle.
Sobre mí
Nací en Jerez de la Frontera, (Cádiz). Mi infancia transcurrió entre Sevilla y Essen (Alemania). La adolescencia y la primera juventud en Madrid. Trabajo de administrativo en Sevilla, donde resido. Géneros que desarrollo: poesía, poesía visual, relatos y microrrelatos.
Colaboraciones en: Agenda de la tolerancia, revista Océano, Cuadernos de Roldán, Aldaba, Diálogo, Jirones de azul, En sentido figurado, Poesía actual, Andalucía liberal, Revista Tinta china. Revista Grisú. Palabras diversas. En varias convocatorias de poesía visual Contra la violencia de género. Revista Nueva Grecia. Las afinidades electivas.
Publicaciones: Pliego monográfico de La Cuerda del Arco. Poemarios: La luna en el laberinto (1987). Arde la vida bajo el cobre lunar (1992). Tapiz de agua (2011). Bruñidas sombras (2012). Aún la lumbre (2014). Centinelas del frío (2015). Pájaros de cristal en el jardín de invierno (2017).
Finalista de varios certámenes de poesía.
Mención de Honor del II Premio Internacional "letras de Iberoamérica" y el Consejo Editorial de la Revista Literaria "En sentido figurado" 2018.
Premio de Poesía del IV Certamen Gertrudis Gómez de Avellaneda 2019.