Foto de Manuel Machuca
Eran las luces al atardecer
ebrias luciérnagas azules,
farolillos de papel meciéndose
sobre las aguas del río.
Las torres y las casas irreales,
envueltas en la mágica hora del misterio,
en el fruncido tul que precede a la noche,
ya se oyen los pasos de las sombras.