Arboleda
Abre las manos
La sangre
miércoles, 31 de agosto de 2016
Sobre mí
Nací en Jerez de la Frontera, (Cádiz). Mi infancia transcurrió entre Sevilla y Essen (Alemania). La adolescencia y la primera juventud en Madrid. Trabajo de administrativo en Sevilla, donde resido. Géneros que desarrollo: poesía, poesía visual, relatos y microrrelatos.
Colaboraciones en: Agenda de la tolerancia, revista Océano, Cuadernos de Roldán, Aldaba, Diálogo, Jirones de azul, En sentido figurado, Poesía actual, Andalucía liberal, Revista Tinta china. Revista Grisú. Palabras diversas. En varias convocatorias de poesía visual Contra la violencia de género. Revista Nueva Grecia. Las afinidades electivas.
Publicaciones: Pliego monográfico de La Cuerda del Arco. Poemarios: La luna en el laberinto (1987). Arde la vida bajo el cobre lunar (1992). Tapiz de agua (2011). Bruñidas sombras (2012). Aún la lumbre (2014). Centinelas del frío (2015). Pájaros de cristal en el jardín de invierno (2017).
Finalista de varios certámenes de poesía.
Mención de Honor del II Premio Internacional "letras de Iberoamérica" y el Consejo Editorial de la Revista Literaria "En sentido figurado" 2018.
Premio de Poesía del IV Certamen Gertrudis Gómez de Avellaneda 2019.
8 comentarios:
El poema canta triste la erosión de la belleza, ese desajuste tenaz que impide el regreso de la plenitud. En este tiempo de incendios provocados, de ceniza caliente y de pirómanos sin cerebro, una llamada a la cordura. Un imposible. Un fuerte abrazo y seguimos cerquita, querida poeta.
Amigo José Luis, al cambiar la ley es más fácil especular con los terrenos quemados. Como bien dices, también hay pirómanos sin cerebro que disfrutan viendo arrasada la naturaleza. Me complace tu visita. Un fuerte abrazo.
Bien sabes, amiga, cuánto me duele esta situación que un verano tras otro hemos de soportar. Si encima la Ley no ampara, apaga y vámonos.- Un fuerte abrazo.
Me resulta muy bien logrado el poema, amiga. Llega, y lo hace con gusto. Qué bien!
Abrazos
Un poema lleno de tristeza que dibuja la impotencia que se siente ante tanto pirómano suelto. La ley tenía que se más dura para estos delitos que provocan tanta tragedia.
Un abrazo María José.
Queridos amigos: José, José Valle y Conchi, el panorama es desalentador pero se puede mejorar si hay buena voluntad. Gracias por vuestros comentarios. Abrazos.
¡Hola, Mª José!!!
No sé si es porque el mundo no es nada justo y la gente o alguna gente!... ¡No quiero meter a todos en el mismo saco, pero mucha gente se vuelve loca y ya no miden sus actos!!!
No se dan cuenta que ellos también sufrirán las consecuencias de tal barbarie como es maltratar este bello planeta del que respiramos y nos alimenta. Es muy triste lo que está pasando, y lo pagarán justos por pecadores.
Y luego estoy de acuerdo de que también hay muchos intereses de por medio.
Un abrazo, mi inmensa estima y gratitud.
Querida Marina, a algunas personas les resulta difícil tomar conciencia de que el bien común (patrimonio, naturaleza) merece el mismo respeto que el bien privado. Besos de otoño.
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